viernes, 31 de julio de 2009

Tras el huracán de visitas y la semana de vacaciones en Jordania volvemos a la “tranquilidad” de Ramallah. Retomamos el trabajo con ganas de aprovechar al máximo lo que nos queda. Vuelve el trabajo y vuelve el blog, pues el blog es trabajo o al menos esa era su idea originaria. Un trabajo muy agradable como los que sueñas cuando te vomitan de la universidad al mercado laboral. Tan agradable como inútil, una acumulación desordenada de palabras lanzadas a la galaxia, estrelladas contra el sol, utopía chamuscada.

Toma cierto tiempo y es divertido, pero la tinta se corre tras el desplazamiento de mi mano y encripta su mensaje entre nubes de algodón. Si tus ojos no se pueden desplazar hasta aquí, te presto los míos, veras la barbarie tras unas gafas de 3D. La cornea corre peligro, nada que no se pueda asumir. De nada sirven los ojos si no hay nada que ver. De nada sirve temer por las cosas que merece la pena perder. Quien este libre de pecado que agarre la primera estrella fugaz, que salga del coma. Lo que dejamos de pensar desaparece para siempre.

Te subes a un avión, te devuelve a casa. De 0 a 1000 en un minuto. De Palestina a España en cuatro horas. Tanta velocidad distorsiona la asimilación. Habría que volver siempre en barco, sobre el baile de las olas, regalarnos tiempo y reflexión.

Habrá pues que reformular el proyecto del blog, vaciarlo de predecibles resultados. Deconstruir sus cimientos con total libertad y satisfacción, pues ningún burócrata pondrá sus manos sobre él ni aplicará sus estúpidas normas a su contenido.

Bien...., ahora ya no eres una herramienta de sensibilización sino una especie de cajón desastre donde almacenar ideas, dudas y estupideces. Ahora te siento más cerca y real, podemos continuar...

Somos cooperantes en los Territorios Ocupados Palestinos. Me persiguen los trabajos que entran en los oídos ajenos con cierta y agradable musicalidad y luego guardan veneno en su interior. Palestina es un lugar que necesita mucha cooperación, pues sobrevive bajo el yugo de una terrible ocupación que pisotea a diario los derechos humanos de sus ciudadanos y que es radicalmente injusta (demasiadas palabras desgastadas en una sola frase).

La Cooperación Española, rama del Ministerio de Asuntos Exteriores que a su vez depende el gobierno español, es muy sensible a los problemas palestinos, emplea millones anuales en programas de desarrollo y ayuda humanitaria. El gobierno de España, que dicta las políticas de cooperación, es aún más sensible a negociar y cooperar con el gobierno de Israel. En los tiempos que corren, llenos de confusión y vacíos de ideales, debemos estar agradecidos al estado de Israel, por representar el Mal de forma tan clara y sistemática. Nadie que maneje información puede negarlo. Nuestros gobernantes, no cabe duda, manejan mucha información, y son conscientes del problema palestino. El problema palestino es un asunto eminentemente político, por lo tanto su solución solo puede resolverse desde la política.

La realpolitik occidental se posiciona junto a los israelís, mientras utiliza la cooperación internacional para lavar su imagen. Cuando criticamos e insultamos a los soldados israelís con los que nos topamos en Cisjordania deberíamos entender que también nosotros somos soldados (con piel de cordero) de nuestro país, el cual sustenta y apoya al opresor.

El nuevo mercado de la Cooperación atrae a miles de personas conscientes y sensibles frente a un mundo desigual e injusto, deseosas de vivir fuertes experiencias. Es misión obligatoria replantearse lo que hacemos e intentar salir de la trampa neoliberal.

2 comentarios:

  1. Nunca lo habías dejado tan claro. Te felicito por la claridad y brillantez de la exposición. Abrazos. Joséluis

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  2. Cuando alguien que coopera dice lo que habéis manifestado he de pensar que vuestra apreciación está muy reflexionada. El imperio y sus colegas comunitarios, entre ellos España, son cómplices de la situación. Pero eso no os convierte en esclavos, ni en soldados. Podéis ser el testimonio revelador de una conciencia que hace necesaria una nueva, o no tan nueva, forma de acción.

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