miércoles, 19 de agosto de 2009

Pasan los minutos delante del cuaderno buscando las palabras definitivas para dar un fin apropiado a este blog. Toda clausura debe tener un toque profundo y esperanzador, un recorrido ascendente y unas conclusiones razonadas........

Creo q la crisis ha tocado fondo, con el esfuerzo de todos y las nuevas políticas europeas de regulación financiera, saldremos a flote en los próximos meses. La estabilidad de los mercados internacionales es un hecho, mientras que la nueva administración Obama genera una gran confianza y abre una nueva era en las relaciones internacionales...........................

El Real Madrid ha hecho grandes fichajes este año y se lo va a poner muy complicado al Barca. Los jugadores necesitan un periodo de adaptación, pero en cuanto asimilen el sistema del nuevo míster, serán difíciles de vencer. La mezcla de juventud y veteranía, talento y empuje causará el pánico entre sus rivales. Serán favoritos en todas las competiciones que disputen.....................

Tensamente en pie, mi mochila sujeta la puerta de la que durante este tiempo fue mi habitación. Es la mochila de un viajero sin recuerdos. Ropa sucia, un botiquín y una cámara vacia como el discurso de un político. Aséptica ante los ojos de cualquier inspección.

La nave espera. Creo estar preparado. Puedo retornar, con una sonrisa helada en los labios, al imperio de la distorsión.

lunes, 10 de agosto de 2009

Los días vuelan y se acerca la vuelta a casa. Plantear una reflexión en los últimos cien metros es tarea complicada, el esfuerzo y la acumulación de zancadas bloquean cualquier tipo de digestión.

La experiencia y el conocimiento adquirido durante estos últimos meses nos permiten desplazarnos con más soltura y eficiencia. También nos regala una mayor amplitud y nos enseña, con cierta nostalgia, todo aquello que nos falta por ver, todo aquello que dejaremos de hacer. Quisiera llevarme conmigo esa sensación, pero no se donde meterla.

A pesar de ello, bajo el suelo florece el deseo de volver. No como un impulso inmediato, pero si como cierta necesidad de rebajar tensiones, relajar las articulaciones y aflojar la mandíbula. Mientras el cerebro sigue pidiendo carbón, el cuerpo nos avisa del exceso de equipaje a través de malestares múltiples y dolores de cabeza...

Las preocupaciones occidentales no provocan jaquecas, solo nubes pasajeras. Al chico que vimos el pasado lunes en la oficina del TRC de Nablus no le preocupa conseguir un trabajo que le permita aprender y promocionarse con catorce pagas y un mes de vacaciones. Se conformaría con moldear pelotas de falafel o conducir un bus urbano. No podrá. Sin ser acusado fue detenido de forma aleatoria por los soldados israelís. Le torturaron introduciéndole lapiceros por los orificios nasales y golpeándole insistentemente la cabeza hasta dejarle más seco y lacónico que un cactus. Su madre nos cuenta su historia, el no puede casi hablar ni oír. Su mirada apunta al fin del mundo, la nuestra al suelo, tragando paladas de ira e impotencia. Tras meses detenidos, los soldados decidieron soltarle cuando se percataron de su estado. Alegaron que tenia cáncer, varias visitas a hospitales jordanos fueron desmadejando la verdad.

Este es sólo un caso, el 40% de los palestinos han estado al menos una vez en cárceles israelís sufriendo vejaciones, maltratos y torturas. Algo mucho más suave le sucedió a una española de la Xarxa de Consum cuando intento entrar a Israel por el aeropuerto de Tel Aviv hace tan solo unos días. Trece horas en el calabozo y deportada a casa sin mayor explicación y ante el cobarde silencio de nuestro gobierno

En las mismas fechas, el Estado israeli avisa y recrimina a nuestros políticos por desplazar demasiados fondos a Palestina y por colaborar con organizaciones que no respetan al “legítimo y democrático” estado sionista. Mensaje encaminado a marcar las pautas y establecer los límites de la cooperación española. Nuestro futuro, como en muchos otros ámbitos, seguir los pasos de los Estados Unidos.

La cooperación gringa obliga a firmar a todas sus organizaciones un acuerdo por el que se responsabilizan a no trabajar con organizaciones terroristas. Como el yanqui considera terrorista a todo aquel que no piensa como él, todos sus fondos van a para a Fatah, a pesar de que las ONG más importantes y eficientes están ligadas a los partidos de izquierda.

Fatah, que controla Cisjordania de forma ilegítima, se ha visto salpicado en los últimos años por numerosos casos de corrupción. Pero eso al americano no le preocupa. Sus dólares apuntan hacia otra dirección, armar y entrenar a Fatah para que éstos repriman cualquier tipo de resistencia palestina.

En los últimos días han aparecido varios artículos haciendo referencia al despegue económico de Cisjordania y a la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes. Aquí reside la clave, aflojar un poco la corbata, amansar a los inconformistas y golpear fuertemente cualquier tipo de sublevación.

Mientras tanto, Israel a lo suyo, como una hormiguita, más muro, más demoliciones, más asentamientos. Gota a gota, paso a paso, hasta que los palestinos sean una especie en peligro de extinción y puedan enjaular a sus últimos ejemplares no solo en los zoológicos de Tel Aviv o Haifa, sino también en Jerusalem, Qalqilia o Hebrón.

No hay solución viable a día de hoy por mucho que la burocracia internacional se empeñe en reformular procesos de paz ausentes de justicia, jugando con la vida de un pueblo y dando tiempo a Israel a desarrollar su plan maestro, que no consiste en otra cosa más que en eliminar, expulsar y erradicar cualquier rastro palestino de Oriente Próximo.

Romperse la cabeza cavilando sobre cual es la solución más apropiada si un estado único o dos (uno árabe y otro judío) es perder el tiempo. Sólo hay una línea de actuación en la que todos nos deberíamos implicar, sancionar fuertemente al Estado de Israel y obligarle a cumplir las leyes internacionales y las resoluciones de Naciones Unidas. Volquemos pues nuestros esfuerzos en buscar las herramientas y los caminos para alcanzar este fin. El boikot es sin duda una de ellas.

Creo firmemente que esta es la única vía y que dedicarle tiempo a pensar como actuar sobre este punto puede ayudar más al pueblo palestino que cualquier maravilloso proyecto formulado con lindísimos indicadores de genero, medio ambiente, impacto o sostenibilidad.

lunes, 3 de agosto de 2009

Mañana emitiran en el informativo de Cuatro una pequeña pieza de lo que estamos grabando x aquí en el info de las 14:30 y puede q tambien en el de la noche, es una pieza de poco más de 1min sobre los problemas del agua en Palestina.

Nos acaban de confirmar la coordinación para ir a Gaza, el dia 12 intentaremos entrar...

besos

viernes, 31 de julio de 2009

los cuatro jinetes de Sodepaz

Tras el huracán de visitas y la semana de vacaciones en Jordania volvemos a la “tranquilidad” de Ramallah. Retomamos el trabajo con ganas de aprovechar al máximo lo que nos queda. Vuelve el trabajo y vuelve el blog, pues el blog es trabajo o al menos esa era su idea originaria. Un trabajo muy agradable como los que sueñas cuando te vomitan de la universidad al mercado laboral. Tan agradable como inútil, una acumulación desordenada de palabras lanzadas a la galaxia, estrelladas contra el sol, utopía chamuscada.

Toma cierto tiempo y es divertido, pero la tinta se corre tras el desplazamiento de mi mano y encripta su mensaje entre nubes de algodón. Si tus ojos no se pueden desplazar hasta aquí, te presto los míos, veras la barbarie tras unas gafas de 3D. La cornea corre peligro, nada que no se pueda asumir. De nada sirven los ojos si no hay nada que ver. De nada sirve temer por las cosas que merece la pena perder. Quien este libre de pecado que agarre la primera estrella fugaz, que salga del coma. Lo que dejamos de pensar desaparece para siempre.

Te subes a un avión, te devuelve a casa. De 0 a 1000 en un minuto. De Palestina a España en cuatro horas. Tanta velocidad distorsiona la asimilación. Habría que volver siempre en barco, sobre el baile de las olas, regalarnos tiempo y reflexión.

Habrá pues que reformular el proyecto del blog, vaciarlo de predecibles resultados. Deconstruir sus cimientos con total libertad y satisfacción, pues ningún burócrata pondrá sus manos sobre él ni aplicará sus estúpidas normas a su contenido.

Bien...., ahora ya no eres una herramienta de sensibilización sino una especie de cajón desastre donde almacenar ideas, dudas y estupideces. Ahora te siento más cerca y real, podemos continuar...

Somos cooperantes en los Territorios Ocupados Palestinos. Me persiguen los trabajos que entran en los oídos ajenos con cierta y agradable musicalidad y luego guardan veneno en su interior. Palestina es un lugar que necesita mucha cooperación, pues sobrevive bajo el yugo de una terrible ocupación que pisotea a diario los derechos humanos de sus ciudadanos y que es radicalmente injusta (demasiadas palabras desgastadas en una sola frase).

La Cooperación Española, rama del Ministerio de Asuntos Exteriores que a su vez depende el gobierno español, es muy sensible a los problemas palestinos, emplea millones anuales en programas de desarrollo y ayuda humanitaria. El gobierno de España, que dicta las políticas de cooperación, es aún más sensible a negociar y cooperar con el gobierno de Israel. En los tiempos que corren, llenos de confusión y vacíos de ideales, debemos estar agradecidos al estado de Israel, por representar el Mal de forma tan clara y sistemática. Nadie que maneje información puede negarlo. Nuestros gobernantes, no cabe duda, manejan mucha información, y son conscientes del problema palestino. El problema palestino es un asunto eminentemente político, por lo tanto su solución solo puede resolverse desde la política.

La realpolitik occidental se posiciona junto a los israelís, mientras utiliza la cooperación internacional para lavar su imagen. Cuando criticamos e insultamos a los soldados israelís con los que nos topamos en Cisjordania deberíamos entender que también nosotros somos soldados (con piel de cordero) de nuestro país, el cual sustenta y apoya al opresor.

El nuevo mercado de la Cooperación atrae a miles de personas conscientes y sensibles frente a un mundo desigual e injusto, deseosas de vivir fuertes experiencias. Es misión obligatoria replantearse lo que hacemos e intentar salir de la trampa neoliberal.

sábado, 4 de julio de 2009

O la mecha estaba mojada o iba de farol, o quizá sea que la intención originaria de compartir lo que ve mi estomago y tragan mis ojos, se ha convertido en una necesidad terapéutica.

Y más aún ahora que recorro las calles de Ramallah como un indocumentado. Como muchos ya sabéis, me birlaron el pasaporte, o para ser más preciso y menos literario, me lo deje en el baño y le crecieron alas. Debía tenerlo planificado pues un descuido de un par de minutos le valió para abandonarme. Tanto mimo debió agobiarle y se marchó, una reacción muy propia del siglo XXI.

La preocupación se vuelve un problema y el problema se convierte en putada si esto te sucede en Palestina. La lógica, pierdo pasaporte, pido uno nuevo, me lo entregan y listo, aquí no funciona.

Primer inconveniente, no puedo ir al consulado español en Jerusalem ya que sin pasaporte no puedo cruzar el check-point de Qlandia.
Segundo inconveniente, no puedo salir de Ramallah pues en cualquier dirección hay check-points que me impedirían el paso.
Tercer inconveniente, no puedo denunciarlo ante la policía israelí puesto que mi movilidad es nula. Tengo la denuncia de la policía palestina cuya validez ante la potencia ocupante es dudosa.
Cuarto inconveniente, la capacidad de acción y reacción del consulado español ante los israelís es mínima.
Quinto inconveniente, una vez tenga el nuevo pasaporte, necesito la visa israelí (el sello) para poder moverme, lo cual nadie sabe el tiempo que tomara, ni el tipo de interrogatorios que deberé pasar.

Tras varios días rompiéndonos la cabeza, hablando con unos y con otros, llegas a la perturbadora conclusión de que tu destino en esta tierra está en manos de los israelís y que sólo la suerte y la subjetividad de los soldados y funcionarios con los que te vayas cruzando marcaran tu futuro. Nadie que no haya estado aquí puede hacerse una idea de lo supone tener problemas con los israelís y el nivel de paranoia que éstos generan.

Como un castigo escolar, te impones escribir mil veces en la pizarra que no estas haciendo nada malo, que no estas infringiendo ninguna ley, que tienes que ser fuerte por si te toca aguantar horas de interrogatorios y que su máxima arma contra ti es la deportación...

El pasado jueves, el vice-consul español en Jerusalem lanza un comunicado al capitán israelí Avidan para que permita el paso por Qlandia al indocumentado ciudadano español, Sergio Escriche Ramos.

Antes de salir hacia allá, una nerviosa compañera holandesa trata de convencerme para que no les diga que perdí la documentación y que vivo en Ramallah, insiste en que la verdad me puede generar muchos problemas. Dudas como melones y nervios a 220w. A pesar de todo, creo que la decisión está tomada, diré la verdad. Me despido de Borja, su cuerpo desprende un voltaje parecido al mio, “no seas cabrón y vuelve pronto”.

Begoña me acompaña. Llegamos a Qalandia y nos colocamos en la primera fila que vemos. Poco antes de atravesar el torno, nos damos cuenta que la persona que controla ese acceso es una soldado a la cual ya tenemos fichada por sus malas formas. Hoy grita como un cerdo pasado por el cuchillo, pero por desgracia para la humanidad esta expresión es solo un símil barato. Hace unos días nos enteramos que las mujeres que controlan el paso en los check-points son todas voluntarias. Peones del sionismo, con cerebro de caballo y corazón de piedra como una torre.

A escasos metros de acceder a sus dominios, tomamos la correcta elección de darnos la vuelta y esperar desde el principio en otra cola. Pocos minutos después celebramos la decisión, pues en el otro acceso, el soldado de turno me da el paso sin ningún tipo de comprobación. Así de aleatorias son aquí las cosas.

Primer escollo salvado. Autobús a Jerusalem y llegada a la comisaria israelí a poner la denuncia. En la puerta tres soldados me revisan la mochila, le explico a una mujer el forzado motivo de mi visita. Me pregunta donde sucedió el robo, cuando oye Ramallah, la mueca de su cara no ayuda a tranquilizarme. Tercer piso, una hora esperando en una minúscula sala de espera junto a un calabozo de donde sacan palestinos esposados de pies y manos. A sabiendas de la espera que afrontaría, cogí mi libro, lo que no podía imaginar es que al empezar el nuevo capítulo, al personaje principal lo enchironarían. Cierro el libro y abro un arco iris de especulaciones y desvaríos psicopáticos.

Hoy es mi día de suerte. Jorge, un policía argentino, me toma declaración en español, con una educación y cordialidad tal, que pienso en abrazarlo. Me libro de los sesudos interrogatorios de los que tanto me habían advertido. Salgo de la comisaria con una sonrisa propia de anuncio de dentífrico.

Aunque no todo esta hecho, la tranquilidad vuelve al hogar. Como aquellos torturados que añoran a sus torturadores, vuelvo a Ramallah, sabiendo que hasta que no llegue mi nuevo pasaporte no me podré mover de allí, pero hoy eso ya me da igual. Pasado mañana llegan nuestros amigos y nos reiremos de esta aventura saboreando unas ricas cervezas palestinas...el mundo esta jodidamente loco.

miércoles, 24 de junio de 2009

La semana pasada comenzó con nuestra primera visita a terreno dentro del proyecto de salud mental. La ciudad Tulkarem, la actividad, un grupo de terapia con mujeres que padecen enfermedades crónicas.

La asimilación de la ocupación y sus tentáculos es absoluta en menos de un mes. En el camino, los asentamientos y los check-points nos parecen decorados propios de estos territorios. Hoy los israelís nos ofrecen una nueva entrega de su repertorio. En un pueblo cercano a nuestro destino, dos patrullas rodean una casa, los soldados toman posición de asalto, no vemos más. Nuestro vehículo se pierde a lo lejos. Ismael nos comenta que esta acción es un arresto administrativo y que a la persona que van a detener pueden tenerla años en cárcel sin ninguna acusación. Estamos en zona “A”, “aceptada” en los acuerdos de Oslo como zona palestina, aún así las incursiones sionistas son constantes.

Creo que aún no os presenté a Ismael. Él es el coordinador del proyecto de salud mental al que estamos dando seguimiento. Es un palestino grande, bonachón y voluntarioso, tiene la capacidad de hacerse entender en inglés con no más de 40 palabras en su repertorio. Es como un niño de 90 kilos y aunque a veces nos desquicia su lentitud y su desorden, le acabas cogiendo cariño.

Nació en Gaza, aunque lleva doce años sin pisar su casa, no por que no quiera, sino por que no puede, si entra no podría volver a salir. La cárcel de Gaza esta a 2h de Ramallah. Imagina que vives en Madrid y no te dejan visitar a tu familia en Salamanca. Su ID es de Gaza, lo cual es su serio problema para moverse por Cisjordania. El día menos pensado nos hacen un control exhaustivo en un check-point y no volvemos a verle más.

Normalizar lo anormal, tolerar lo intolerable, asumir la irracionalidad, es un peligro que corremos nosotros y los palestinos. La memoria de este pueblo es robusta, pero también lo es la persistencia y la sistematización de los israelís para generar castigo y sufrimiento.

¿como no abrazar la sinrazón?, ¿como no arrogarse al fuego de la religión?, inventas un Dios , le das forma, pones en él toda tu confianza, esa que ya no tienes en la raza humana. Te promete para la próxima vida todo aquello que en ésta te han negado. Es fácil ser ateo en Madrid o demócrata en Bruselas, armarte con un cinturón de flores y limpiarte el culo con un papel que no dañe la capa de ozono. Aquí lo único fácil es volarte la cabeza con bolas de falafel.

Sesenta años de función. Audiencias millonarias, milimétricamente informadas. Kufiyas por la Castellana. Cuerpos flotando delante del televisor. Desayunos con urgencia y cenas con tranquilizantes. Ríos de tinta derramada, exclamaciones que van a morir al mar. Estercoleros llenos de imágenes desenfocadas...y palabras, siempre las sucias palabras. Cambio palabras por piedras, bien grande en mayúsculas, entre dos anuncios de universitarias que ofrecen su cuerpo como escudo humano a los desamparados.

Este blog se autodestruirá en 10....9....8....7....6....5.....4.....3....2.....1

lunes, 15 de junio de 2009

El gran Saleh nos lleva de excursión a Jericó y al Mar Muerto. El trayecto es como un gran pasaje del terror por la negra historia de estos territorios. Check-points, el muro, los asentamientos, ruinas de aldeas de la guerra del 48 y del 67 y algunas chabolas de beduinos amarradas en un siglo que ya no les pertenece.

Nuestro narrador, un comunista de la vieja escuela, posee el don de convertir la tragedia en ironía, el dolor en sarcasmo. No ha nacido ejercito que tumbe su sonrisa ni humillación que agache su barbilla.

Contar asentamientos por el camino es como contar puti-clubs en la carretera de Valencia, hay uno cada dos kilómetros. A sus habitantes se les denomina colonos, pero son chulos y putas del sionismo. Judíos y judías emigrados de todas las partes del mundo que aprovechan las buenas condiciones que les ofrece el Estado de Israel para asentarse ilegalmente en territorio palestino (perdón a las prostitutas por tan deshonrosa comparación).

Su iconografía es tan detestable como dañina. Se suelen construir en áreas altas rodeadas de zonas verdes. Son una especie de urbanizaciones de distinta extensión, llegando algunos a constituir auténticos pueblos. El contraste con las aldeas palestinas que suelen tener cerca aumenta su repulsiva visualización.

Saleh nos cuenta que estos asentamientos son en su mayoría segundas residencias israelís que permanecen la mayor parte del tiempo vacías. Su misión, colonizar tierra palestina y atomizar las condiciones de vida de la población local para forzar su abandono. En el norte de Cisjordania, su objetivo es aún más punzante, apoderarse de los recursos hidrológicos y esclavizar la economía palestina. En los próximos días viajaremos por aquella zona, de momento, nos encontrábamos avanzando camino hacia el valle del Jordán.

A la mitad del trayecto, la carretera comienza a descender poco a poco, nos situamos a 300 metros por debajo del nivel del mar. El punto más bajo del mundo, el lugar más cercano al centro de la Tierra. Llegamos a Jericó

Catorce años en los salesianos no me sirven hoy para recordar, pero creo que Jesucristo tuvo alguna anécdota por aquí, espero que al menos el hombre llevase gorra, pues el calor en el valle puede producir alucinaciones que nada tienen que ver con la fe.

Llega a ser tan tremendo que asusta. Para que no creamos que estamos viviendo el comienzo del Apocalipsis, nos comentan que es así todos los días del año y que en invierno, cuando en Ramallah nieva, a poco más de 30min en coche tienes este paraje cociéndose a la misma temperatura que hoy.

La asfixia y la ilusión por flotar en el Mar Muerto nos hacen pasar de largo por Jericó. Volveremos con más tiempo. Hoy buscamos relax y descanso, algo complicado en este entorno. Las playas son en su mayoría territorio “C”, es decir, totalmente ocupado. La entrada que pagamos y la cerveza que bebemos no genera beneficios a la economía de la tierra que pisamos, sino al Estado que violentamente la ocupa.

Es tan difícil la desconexión...a pesar de todo, el baño es maravilloso. La sensación debe ser parecida a estar gravitando en el espacio, pues tu cuerpo se siente amablemente empujado hacia la superficie. Colocas tus manos tras la nuca y observas, sin ningún esfuerzo, al otro lado de la orilla, las montañas de Jordania....Pasamos el día, nos untamos el cuerpo, de lodo por fuera y de hummus por dentro y dejamos flotar el tiempo.

Una jornada inolvidable. Volvemos a casa. Dos check-points más, uno fijo y otro sorpresa. La amabilidad de los imberbes uniformados tratan de jodernos el día, pero, por suerte, no todo está bajo su control. A la entrada a Ramallah, el típico atasco que, en España sería causado por los domingueros, aquí lo produce el embudo de Qalandia (entrada y salida hacia Jerusalem).

Los judíos llevan siglos esperando la llegada del Mesías, espero que algún día entiendan que por el camino que llevan, Éste siempre va a encontrar algo mejor que hacer que bajar a verlos.

Vía Dolorosa. Siglo XXI - Siglo I


jueves, 11 de junio de 2009

Si en Ramallah no sientes la losa de la ocupación, ésta te colapsa los sentidos cuando te mueves en cualquier dirección.Primera experiencia. Salida a Jerusalem, visita al consulado y a la Oficina Técnica de Cooperación (OTC). Citados a las 11:00 con los técnicos de la AECID. Distancia entre Ramallah y Jerusalem, escasos 20km. Salimos de casa a las 9:00.

Hay que coger un transporte hasta el checkpoint de Qalandia, bajarse, cruzarlo andando y agarrar de nuevo un mini-bus hasta Jerusalem. El proceso puede llevarte de 30min a 3h, dependiendo de las colas y del humor de los jóvenes soldados israelís.

Desayunamos con tranquilidad, desde el gran ventanal de nuestro salón se puede ver el Gran Jersulem. Aprendemos que el tiempo y la distancia son valores relativos.

Creo que áun no comenté que vivimos solos en un gran apartamento. Un salón que parecen cuatro, tres habitaciones amplias, tres baños, dos terrazas. Los primeros días compartimos el piso de en frente con otros internacionales. La ONU en versión circense, una americana medio monja, medio rara; un fotógrafo macedonio con la misma cara que Jack Torrance antes de coger el hacha; y una inglesa superdotada cuyos despertares eran como ver girar a los sementales la calle Estafeta. Completaban el cartel dos gatos encargados de que el orden y la limpieza corrieran a cargo del azar.

El símil taurino aún da más de si, pues, cuando el taxi nos deja en Qalandia, accedemos a una sala con estrechos pasillos verjados, identica a la que nos muestran las microcámaras de Canal+ donde los toros esperan antes de salir a la arena.

Hoy por suerte no hay mucha gente, pero es fácil imaginar la sensación de angustia que debe producir tales estrecheces sumado al fuerte calor cuando el paso está masificado. A continuación se forman seis o siete filas que acaban en grandes tornos metálicos giratorios. Encima una luz roja y otra verde que van cambiando aleatoriamente permitiendo el acceso o bloqueándolo. Cuando estas a punto de pasar, el campo de visión no te permite ver las luces, por lo que, si cambian a rojo te das de bruces con el torno o, lo que es peor, te quedas encajado.

Una vez accedes, dejas tus pertenencias en la cinta de metales y pasas el arco, a la derecha, una sala con cuatro soldados y un cristal donde debes colocar tu identificación. Te dan el o.k., recoges tus cosas y sales. Este es el proceso habitual, alteraciones todas las imaginables, como la que sucedió.

Al rescatar mi riñonera de la cinta, el enganche de plástico se queda encajado de tal manera que es imposible soltarlo. Como un torpe Charlot venido a menos por los nervios, intento explicar con gestos la situación. Me piden de nuevo el pasaporte y se quedan pasivamente mirando. Su madre debió cagarlos con desgana y así siguen. Hasta que yo no pase, la luz se mantendrá roja, pero no serán ellos los que ayuden a agilizar el proceso. Mientras Borja y un joven palestino me ayudan, un soldado, armado como para conquistar el sur del Libano por si mismo, se acerca desde el fondo del pasillo. Decenas de segundos congelados como una bolsa de guisantes. Antes de que la tensión aumente, el joven palestino (héroe anónimo de esta tonta anécdota), logra soltar la riñonera.

Salimos de Qalandia con las dos orejas gachas y el rabo entre las piernas.
Jerusalem es una ciudad maravillosa....

domingo, 7 de junio de 2009

Si por un accidente espacio-temporal despertaras un mañana cualquiera en Ramallah, te costaría un tiempo adivinar que te encuentras en la pseudo-capital palestina. La vida aquí no se diferencia mucho de la de cualquier ciudad arabe. Calles bulliciosas, rezos al aire desde las mezquitas, tiendas, mercados, comercios, velos, rollizas peonzas de carne girando sobre si mismas. Nada, en apariencia, que descubra su pecular historia.

El nivel de vida de la población parece más que decente, como toda ciudad, sabe esconder sus miserias a los ojos del visitante. La pobreza es esteticamente fea y hay que recluirla en espacios invisibles.

Si alguien duda de la dignidad humana, debería darse una vuelta por aquí. Si alguien aún cree que las clases dirigentes están a la altura de esta dignidad, podría recorrerse el mundo y constatar que no es así. Pararse en cada rincón y sucumbir ante la realidad, llegar a Palestina y sentir que esta distorsión aquí aún duele más.

El pasado sábado seis personas murieron en un enfrentamiento entre milicianos de Hamas y miembros policiales de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Qalqiliya. Antecedentes...

Qalqiliya es una ciudad al norte de Cisjordania, vive completamente estrangulada por el muro, con un único punto de entrada y salida controlado por el ejercito israeli, el cual limita los horarios de paso según le viene en gana.

Hamas es una organización islámica con un brazo político y una estructura guerrillera armada. Cuenta con el apoyo del pueblo, ganado en las pasadas elecciones. Israel, EEUU y Europa la consideran una organización terrorista, por lo que está fuera de las negociaciones.

La ANP, el pseudo-gobierno palestino, está controlado por Al fatah, histórico partido de la resistencia palestina, actualmente en horas bajas por numerosos escándalos de corrupción y por mantener ciertas posturas blandas con respecto a la ocupación israeli. Según nos comenta Ala, hace tan solo unas horas, las torturas y el asalto a los derechos humanos, son practicas habituales dentro de la ANP.

El paulatino desvanecimiento de Al fatah y las extremas condiciones de vida que impone la ocupación, han llevado a muchos palestinos a abrazar las posturas radicales de Hamas.

La chispa del conflicto palestino sufrió el sábado un pequeño aceleron. Saleh nos comenta que Israel está apoyando con armas a su originario enmigo, Hamas, buscando de esta manera potenciar una futurible guerra civil.

Si a la expulsión de la Palestina histórica y la limpieza étnica llevada a cabo por Israel en 1948 la llamaron el Destratre (Nakba), habría que rebuscar en el diccionario una palabra más espantosa aún para definir este futurible escenario.

Ahmed, nos dice que entre Al fatah y Hamas están matando el sueño palestino. Ambas posturas se encuentran ahora en una ronda de conversaciones en Egipto, despellejandose por el poder, mientras las carcajadas del sionismo hacen sangrar los oidos.

jueves, 28 de mayo de 2009

si el titulo de este blog generó alguna duda, estas se disipan cuando aterrizas en Ben Gurion, pues la distorsión se cruza contigo en forma de elegante miembro de la seguridad israeli, que te cosé a preguntas y sientes como el criminal te criminaliza, eso si, con una sonrisa tan amenazadora como un escape de gas. Luego te enteras que los 15min de angustia q pasaste no son nada, que a tu compañereo de piso le tuvieron 3h y q los israelis tienen la santa potestad de mantenerte 3 días de letargo carcelario, y todo como no por motivos de seguridad, los mismos que les sirven para justificar la opresión del pueblo palestino en los últimos 61 años.

Tras el grato recibimiento, que sirve para dejarte claro como funcionan las cosas por acá, autobus a la puerta de Damasco (jerusalem) y luego otro más a Ramallah, cruzando x 1ºvez, de las muchas que nos esperan, el check-point de Qalandia, al que se accede bordenado durante unos kilometros el muro del apartheid.

Una vez en Ramallah la respiración empieza a calmarse y te sientes más seguro, sin duda el trato agradable, las sonrisas de los palestinos y el bullicio típico de las ciudades arabes ayudan. Para ser todos unos "terroristas", paracen muy agradables.

Nuestra casa es muy amplia, compartimos con otros internacionales que parecen muy majos. El barrio es tranquilo aunque un punto militar de la ANP nos recuerda donde estamos.

Besos a todos.

martes, 26 de mayo de 2009

El nervio se desliza, llega, se instala. No pregunta, su presencia es innegociable. A veces anda entre las costillas y los pulmones y hace más pesada la respiración, otras veces rebolotea por mi cabeza hormigueando su contorno (podría, de paso, abonarlo). Conoce mejor que yo cada poro de mi cuerpo. Las manos me las destroza a dentelladas pero cuando jugetea por mis pies, la sensación de caminar flotando es de lo más agradable.

Lleva conmigo unos días y ya le estimo, pues me hace sentir eléctrico. Como aquel famoso desodorante, es en las distancias cortas donde triunfa, en los abrazos, en las despedidas y en sus ausencias. Pero es realmente explosivo cuando nos quedamos solos y compartimos un paseo y pisamos las calles que nos han visto llegar hasta acá y observamos como los años han ido cambiando el entorno y pensamos que la experiencia que ahora empieza moverá montañas.

Mañana mi nervio sera el despertador más preciso, la envidia de la comunidad científica. El españolito medio vive unos 78 años, aproximadamente 28470 días, si la ciencia avanzase tanto como la codicia, con unos pulmones de acero podría incluso superar esta cifra. Un sólo y diminuto día es pues una parcela de tiempo casi imperceptible. Pero mi nervio no entiende de números y si de sensaciones. Es un nervio instruido, sabe donde le llevo. Oyó que comparan la zona con el colonialismo europeo del siglo pasado, con el aparthaid sudafricano, e incluso con el gueto de Varsovia. Lo hemos visto en la tv, pero esos seres tras el cristal son la suma de miles de pixeles luminosos, sin cuerpo, sin nombre, sin historia. Mañana mi mejor sonrisa les dará la mano y convivirá con ellos 85 días. No será ficción o si?.

Se alza el telón, el sol es tan fuerte que por unos segundos permanecemos ciegos,

Aterrizamos en los Territorios Ocupados Palestinos.